POEME ROMÂNESTI ÎN LIMBI STRĂINE
Nicolae PANAITE
POEMA
En el bus No. 10
estaba leyendo a Fernando Pessoa
la materia a mi alrededor
se balanceaba se balanceaba
El ruido de la hojas despeinaba la oscuridad
Los prelados rezaban en las fortalezas
Sus oraciones estaban por concluir
En la tierra se escuchaban hablar a las osamentas
Escucho sus palabras y me atemorizo
Alzándome sobre un cielo profundo
Así como entonces estaba leyendo a Fernando Pessoa
y la materia a mi alrededor se balanceaba se balanceaba
EPÍSTOLA 2
Por el otro lado impotencia y palabras vacías
el tiempo pasa sus aguas por adentro
y por afuera nuestro
la macilla se cierra y se abre
el más inspirado verso se acerca
a mi así como una hermosa mujer deseada
en tiempos de invierno y noche
ciegos, dolores, valentías, púrpura
por el acantilado principal
el frío cubre a los ARTISTAS
sus rostros parecen ser restos de libros
sacados del fuego
sus cuerpos se arrastran, crujen
los hilos de la inspiración se dilatan
el resto es silencio, silencio
la realidad se dilata
la mesa de la cocina se ha vuelto un faro
en la extensión de mi existencia un cortejo fúnebre
en el cual cargo noche a noche mi propio cuerpo
por un infinito camino fúnerario
esferas púrpuras flotan en el aire
son tus ojos separándome el cuerpo del alma
son tus brazos de fuego
son tus dedos tejiendo en mi la corona del baile
de la soledad
oh, si pudiese limpiar el agua oscura y turbia
en la cual te sumerges y te bañas entre las rocas rojizas
y santuarios movedizos
inmensas lianas he tejido para atraer
el cuerpo de ELLA del incendio
si lo lograra, lo voy a estrechar célula a célula
y le voy a levantar LA NUEVA TORRE, EL NUEVO PASO,
EL NUEVO CAMINO DE LOS ESCLAVOS
por sobre ellos desbastaré estatuas del comienzo del ser en ELLA
sobre ellas daré fuego a las pañoletas negras
que ha usado
paso por la realidad como por una cava abandonada
las palabras me doblan
y nazco
de ellas hago ríos fluorescentes
llamándoles perfección de los dolores
LA MANO QUE ESCRIBE
la mano que escribe tirita
como un delfin
en la profundidad de un mar seco
todo tu ser tirita
como un feligres en la hoguera
sorpresa y miedo
como unas lianas
te comprendo y te penetro
te arrodillas en la extensión del manuscrito:
tu jardin Ghetsimani,
el Eden de tu arte
las palabras son para mi la estrella polar de las noches
mi asilo de oro
mi altar
la boca me duele y me cura
en el bosque de rosas de la lengua materna
el ser desde los adentros sale en el vapor hirviente
de la detención
como una fiera hambrienta el logos
muerde de ella
queda solamente la columna vertebral
el esternón
cubriéndolas la tierra y el cielo
la luz de la luna:
la sirena con cabellos de oro
las embalsama
de como si fuese un exiliado
que besa por última vez
la tierra de su niñez...
momentos insaciables
se aparecen
lo devora todo
y al final queda una huella roja
del cual tus espiríritus sirvientes
cosechan las semillas de la transcendencia
por la noche regresas
las sábanas calientes
es una duma de arena
que te seca la piel...
a tu lado ELLA
que está en otro mundo
y que te hace señas
para que la sigas
dale el bordado a un lado...
el ángel vigila
te tiene de las manos
te lava la cra por fuera
y también por adentro
en sus tinas de llamas y sangre
el espíritu de la noche se siente
pisando
te apaga la lámpara
ya no te ves
ya no te reconoces
y es muy tarde
ni la muerte ya nada te puede hacer
en cada mañana
en las ventanas de la casa
las palabras de tus escritos
aparecen como flores en invierno
ELLA las junta...
y así noche a noche
y así día a día
vives la muerte
vives la resurreccón
cierras los ojos y no puedes dormir
hasta que llega un pájaro
en el alero se posa y canta
como un esclavo
como un faraón
como un condenado de por vida
escuchas el andar de la oscuridad acercándose
las nenúfares te tocan tu cara
se quita la ropa
ella desnuda y entera
se entrega a ti
y en el poema tu entras
como en una casa en llamas
en la cual se escuchan gritos
uno a uno les da la redención a todos
quedas el único habitante
de esa casa
deseándo salir no puedes
a ti mismo
nadie no te puede salvar...
VERSETOS (13)
Un poema demasiado largo
así como una serpiente
que no se termina siempre,
un poema demasiado largo
así como un susto
que se anida, lento, lento...
Por una taza esmaltada
he dado una con sangre,
y pareciera que todo no es perfecto ...
al segundo día,
sobre el despacho,
veo otra vez gotas de agua ...
Traduceri în spaniolă de Mario CASTRO NAVARRETE